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miércoles, 18 de agosto de 2010

César y Vercingetorix. La Guerra de las Galias


Según Adrian Goldsworthy el éxito de las potencias imperiales se ha basado tanto - o incluso más - en la diplomacia y los acuerdos políticos como en la fuerza militar. Hombres con grandes éxitos militares en su haber siempre han sabifdo que ésto sólo no sirve para nada. Los senadores romanos recibían , en su cursus honorum, una formación que les capacitaba para la administración de la guerra y la paz, íntimamente ligadas, pues, a pesar de todas las matanzas y la esclavización masiva que acompañabra al imperialismo romano, la provincia de Galia que creó César sería habitada siempre por las tribus indígenas, y seguirían siendo gobernadas en la mayoría de los asuntos cotidianos por los líderes procedentes de su aristocracia,

César entendió muy bien esta realidad y sus primeras intervenciones militares fueron siempre a instancias de las tribus aliadas de Roma; los invasores fueron expulsados pero los adversarios galos fueron tratados con mucha menos dureza que los germanos. El procónsul se reunía con los líderes tribales como mínimo una vez al año y alguno de ellos gozó de un trato de favor muy especial del romano, como el eduo Diviciaco; Comio fue enviado por César a Britannia, erigido rey de su propia tribu, los atrebates, y fue jefe de los menapios. Adrian Goldsworthy insiste en que sería un error considerar a estos hombres como meros colaboracionistas, simples instrumentos en manos de los imperialistas romanos, pues cada uno de ellos tenía sus propias ambiciones. Expulsados otros pueblos invasores, como los suevos, las legiones romanas no tenían contrapeso, por lo que conseguir el favor de César era útil para estos jefes tribales en sus luchas por la supremacía.

Pero durante el invierno de 53 a 52 la política diplomática de César comenzó a hacer aguas, especialmente en una de las tres zonas en que divide la Galia, la del centro, donde sus habitantes se llamaban en su lengua celtas y los romanos les llamaban galos, que no habían librado batallas significativas con César, aunquer sus territorios habían sido escenario de las guerras con los helvecios y los suevos de Ariovisto. Pero en esta sublevación final participaron pueblos hasta entonces amigos, que habían comprendido que los romanos habían venido para quedarse, y que el aliado se había convertido en conquistador sin apenas resistencia.

Algunas acciones de César revelaron de forma brutal la nueva realidad, como la ejecución de Dumnorix, hermano de Diviciaco, y la flagelación y posterior decapitación del jefe senón Acón, según la costumbre romana. Este hecho fue especialmente humillante porque la cabeza poseía una enorme importancia en la religión gala. Esta ejecución fue la chispa que encendió la rebelión, pero según Goldsworthy es probable que se hubiera producido de todos modos.

En sus Comentarios César reconoce que muchos adversarios estaban luchando por su libertad; los romanos habían impuesto la paz por la fuerza, las tribus ya no eran libres de luchar entre sí y la gloria marcial, que crea a los líderes, sólo se podía conseguir luchando como aliados de Roma. Desde luego el soldado desconocido, víctima de unos y otros, ni se ve ni se oye. En toda la Galia se había extendido el resentimiento y durante los meses de invierno hubo reuniones secretas para planear la insurrección, la mayoría en territorios de los carnutes, porque tenían lugares de culto para todos los galos.

A ello se unían las turbulencias en Roma, que obli
garon al procónsul a ausentarse de la Galia. El asesinato de Clodio por las bandas de Milón enconó aún más las cosas. Los carnutes realizaron el primer ataque: dos de sus jefes guiaron a sus guerreros hasta el pueblo de Cenabum, actual Orleans, y mataron a los comerciantes romanos que vivían allí. También mataron a un equite que César había enviado para supervisar el grano.

El siguiente en rebelarse fue un aristócrata arverno, Vercingetorix, cuyo padre había dominado durante mucho tiempo gran parte de la Galia, pero había sido asesinado por la tribu cuando intentó convertirse en su rey. Parece que César conocía a este joven, y era uno de los que había intentado atraerse, cuando su tío y otros hombres importantes le expulsaron de uno de sus principales enclaves, Gergovia, cerca de la actual Clermont. Creó un ejército, según César de vagabundos, con el que volvió a la ciudad, expulsó a sus enemigos y se proclamó rey. Pronto fue reconocido como líder por tribus galas. Impuso una férrea disciplina y comenzó el abastecimiento para una nueva guerra contra las tribus aliadas de Roma, que pidieron la protección del imperio; pero los legados de César eran hombres titubeantes y de poco talento, excepto Labieno. Entre estos pueblos estaban los bituriges.




Druidas de Jacques Dorfmann

Propuestas didácticas:

  1. Lee atenmente el texto, y haz un resúmen, para conocer bien el teatro de operaciones de la batalla definitiva de César en la Galia (Libro VII), de la que vas a comenzar a traducir algunos fragmentos.
2. Traduce y analiza este texto con el que César abre el Liber VII:

" Quieta Gallia, Caesar, ut constituerat, in Italiam ad conventus agendos proficiscitur. Ibi cognoscit de Clodii caede, de senatusque consulto certior factus est ut omnes iuniores coniurarent, dilectum tota provincia habere instituit".

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