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sábado, 27 de febrero de 2010

Salutatio

La salutatio, que consistía en ir a saludar al patrono cuando amanecía, era un deber de togados y clientes, en una sociedad que rendía culto a la jerarquía; este acto, que hoy consideraríamos humillante, aunque de otra manera, muchos lo practican, era en realidad un mecanismo garante de la estabilidad de la sociedad y un articulador de los órdenes.

Desde la mañana, los clientes hacía cola en la acera para cumplir con este deber; los individuos se estratificaban según su categoría social y su relación con el patronus: unos eran saludados, otros saludaban y los más no tenían ni siquiera el privilegio de saludar ni ser saludados. Todos recibían la sportula, recompensa económica o en especie.

La salutatio tenía distintas fases:
  • La espera en la calle. Algunos patronos se compadecían de sus clientes y les ponían bancos de madera en las aceras, el vetíbulo o el atrio, para aliviar su espera.
  • La diferenciación de clases
  • Visualización de la posición del patrono. Cuantos más clientres tenía, que muchas veces le acompañaban formando su séquito, más relevac¡ncia social manifestaba
Fernando Lillo Redonet, en Un salmantino en Roma, nos aporta informaciones sencillas y útiles para los alumnos:

"Titus se hallaba ahora atendiendo a un cliente, es decir, una persona a la que protegía a cambio de su voto en las elecciones. Roma estaba llena de ociosos que necesitaban hacerse clientes para, por lo menos, tener asegurada lacomida. Titus le dió al sujeto una cesta con comida (sportula)...La salutatio tiene lugar en el tablinum."

Para evitar la picaresca el patrono se colocaba junto a un esclavo que identificaba a los clientes, a los que llamaba nominalmente, mientras otro esclavo efectuaba el reparto. (Pedro Ángel Fernández Vega. La casa romana )




1 comentario:

Raul Rentero dijo...

Aunque con mucha posterioridad, gracias por la entrada. Me va a servir de mucho y me ha aclarado muchas ideas. Saludos.
RAUL